II Jornada estudiantil sobre Enseñanza de la Filosofía. Día 2


La primera ponencia del segundo día fue presentada por el alumno Rodrigo Daniel Fernández Mota. En su texto expuso las conclusiones que obtuvo al haber realizado una práctica de docencia en un plantel de CONALEP. Señaló que dicha institución presenta problemas graves de diverso tipo, los cuales van desde carencias en inmobiliario hasta la situación de muchos de los estudiantes que ahí se encuentran. La institución en cuestión está orientada hacia una formación técnica que, además, suele suponer el hecho de que sus egresados no necesariamente ingresarán a una formación universitaria. Por lo anterior, la educación que se pondera en tal institución es de carácter pragmatista y con un mínimo de consideración hacia las humanidades. Fernández Mota logró impartir una clase de filosofía, en la cual procuró mostrar un poco de la transición de la Edad Media a la Modernidad, mediante el pensamiento de Martín Lutero. Según el estudiante, su sesión despertó el interés de más de un alumno. Ello le dio la pauta para reflexionar sobre el hecho de que la presencia de las humanidades en instituciones de corte preponderantemente técnico como el CONALEP, podrían enriquecerse significativamente con mayor formación en humanidades, si bien hallando medios de adecuación de éstas al sentido técnico de las instituciones.

La segunda ponencia de la mesa corrió a cargo de Luis Rodrigo Weshe Lira. En su texto hizo una reflexión sobre varios elementos que hay que considerar en la impartición de clases de filosofía. A partir de su experiencia, la cual consistió en dar sesiones a estudiantes de la carrera de historia en la ENAH, se percató de que la metodología adoptada para poder reflexionar sobre la historia desde la filosofía es muy distinta a la que poseen los historiadores. Además, resulta evidente que la preparación de la sesión siempre será susceptible de modificaciones en la impartición misma y enfatizó la importancia de tener conciencia del tipo de estudiantado al que se dirige el profesor de filosofía.

La tercer ponente fue la alumna Sol de María Zamora Corona, quien presentó una ponencia en la cual reflexionó sobre las ventajas de enseñar filosofía en escuelas de arte. Sostuvo que la formación filosófica dota de herramientas conceptuales muy útiles a los jóvenes que se encuentran cursando estudios profesionales en artes, pues les permite analizar sus propios desarrollos técnicos de una manera más crítica, a la vez de que les dota de habilidades para argumentar en favor de sus propias propuestas. Pero, además, no sólo la filosofía es útil para el desarrollo artístico, sino que el arte representa, al parecer de Zamora Corona, una forma muy fértil de desarrollo filosófico. Para apoyar este punto citó la fuerte influencia que hubo de Foucault en el pintor Margritte. En conclusión —cerró la alumna— es importante tratar de generar más puentes entre el desarrollo filosófico y el artístico.

El joven Eduardo Hernández Martínez cerró la mesa señalando que, a partir de su experiencia de dar clase ante un grupo de la licenciatura de Pedagogía, subyace la incertidumbre acerca de si aquello que se logra transmitir es la filosofía como tal o, más bien, el acto de filosofar. El planteamiento lo llevó retomar la idea kantiana de que la filosofía no es aquello que se logra transmitir, sino acciones que hacen posible el acontecimiento del amor por el saber ("no se enseña filosofía, sino se enseña a filosofar"). En este sentido, sostuvo Hernández Martínez, lo que se alcanza a transmitir es el acto de filosofar. Sustentó su idea en la filosofía de Martin Buber, filósofo al cual ha podido conocer mediante el acompañamiento en su formación por parte del Dr. Renato Huarte. La relevancia de pensar desde Buber la enseñanza filosófica radica en el hecho de que, con ello, de lo que se trata es de acompañar a los alumnos en el desarrollo de las habilidades que les permitan crear filosofía a ellos mismos, esto es, teorías complejas, críticas, acaso sistemáticas pero sobre todo, propias.


En la segunda mesa del día el alumno Eduardo Cervantes Carreto ofreció una consideración sobre la enseñanza de la filosofía en el nivel secundaria, por un lado, y la exposición de un proyecto de divulgación de la filosofía en que el participó durante el segundo semestre del año pasado. De acuerdo con Cervantes Carreto, es fundamental tener presente que, en niveles educativos distintos al universitario, el enfoque de la enseñanza debe adecuarse de acuerdo con el tipo de alumnos con los que se enfrenta el profesor. En su experiencia, el nivel secundaria constituyó un reto significativo, toda vez que se trata de estudiantes con poca formación previa sobre conocimientos filosóficos. Dado que en su experiencia docente impartió una sesión de la asignatura "cívica y ética", le pareció llamativo el hecho de que los alumnos de dicho nivel escolar desarrollaran una idea distinta a la que se ofrece en manuales de cívica y ética, sobre la noción adolescencia. Consideró que la filosofía le permitió a los chicos desarrollar la habilidad de construir, por sí mismos, definiciones sobre el concepto tratado. Por otro lado, Cervantes Carreto informó que formó parte de un seminario sobre Divulgación de la filosofía impartido por el Dr. Ernesto Priani en la FFyL de la UNAM, durante el semestre académico 2018-1 (agosto a diciembre de 2017). En dicho seminario generó un proyecto de divulgación titulado Reflexiones a media luz en el cual pretende hacer patente que el conocimiento que la gente pueda tener sobre la vida, la existencia, la política, la moral o la religión puede coincidir, sin necesidad de estudios profesionales de filosofía, con lo que los grandes filósofos de la tradición de occidente han admitido a lo largo de los siglos. Para dar cuenta de ello, se propuso hacer entrevistas a la gente en la calle sobre temas diversos y extraer ideas filosóficas de dichos encuentros. De esa manera, mediante una página de Facebook se coloca la cita de la persona entrevistada junto a la imagen de algún filósofo y una cita suya que, en lo esencial, coincida con el pensamiento de la persona entrevistada. Este ejercicio pretende, en cierto sentido, mostrar que las ideas filosóficas se hallan, acaso de manera subrepticia, en el modo de pensar de las personas en general. Por otra parte, con este ejercicio se puede incentivar a la sociedad a que, motivada por la curiosidad en cuanto a la coincidencia de ideas, se acerquen a la filosofia. El proyecto, aunque piloto, parece una propuesta sugerente de divulgación filosófica.

La alumna Arely Torres Monroy señaló en su ponencia que, si bien es cierto que una de las formas de divulgación filosófica ha sido mediante textos, se debe tener en consideración la situación real de nuestro país sobre el tipo de lectores que se poseen. En este sentido, consideró complejo y quizá limitado pensar que la filosofía ha de divulgarse sólo por medios escritos. En virtud de lo anterior, consideró importante retomar la idea de los llamados cafés filosóficos como ejercicios donde se puede estimular el interés por la reflexión filosófica, al tiempo que se fomenta la discusión viva, oral, del pensamiento. A pesar de ello, reconoció también que dichas actividades filosóficas pueden estar limitadas por los temas que se traten y, sobre todo, por el modo en el que se conduzcan las sesiones. Se le recomendó observar ejemplos de cafés filosóficos con alguna trayectoria, como el que ha organizado la Dra. Esther Charabati por quince años en la Ciudad de México.

Para cerrar la mesa, el joven Víctor Manuel Valladolid Bribiesca consideró fundamental la necesidad de impulsar que la filosofía se imparta en otras licenciaturas, con el fin de fomentar el interés hacia dicho oficio, al tiempo de que permitiría abrir nuevas temáticas de reflexión filosófica en el presente. El estudiante reconoció que ya hay varios ejemplos de este afán, pero enfatizó la necesidad de seguirlos fomentando y, en el mejor de los casos, ampliarlos. Señaló que pensar en cursos de filosofía para otras áreas del conocimiento —como las ciencias— estimularía el desarrollo de estudios filosóficos interdisciplinarios contemporáneos. La propuesta que ofreció surgió de su práctica docente, pues impartió un par de sesiones de filosofía en la carrera de biología y observó que el interés de los alumnos de tal licenciatura fue mayor cuando se abordaban temáticas de filosofía de la ciencia. Es claro, para Valladolid Bribiesca, que la filosofía tiene un campo muy fértil en otras áreas del conocimiento universitario.


La última mesa del segundo día contó con tres ponentes. El primero de ellos fue el estudiante José Fernando Montes Hernández, quien consideró que un medio idóneo de divulgación de la filosofía sería una revista on line. Al alumnos le pareció viable dicha propuesta en virtud de las considerables ventajas que la web ofrece, así como por el hecho de que ello permite el abordaje de temas muy diversos. El joven estudiante abría la posibilidad de que dicha revista fuese algo más que publicación textual, al proponer que también se produciesen videos en la misma plataforma. Como comentario a su participación, se le mencionaron diversos ejemplos de revistas digitales de filosofía, con el ánimo de que se analizaran y se observaran sus estructuras, sus diseños y sus temáticas. Ello con el fin de aprender sobre el funcionamiento de tales revistas para la consolidación de una nueva.

La estudiante Zaira Itzel Presbítero Tapia proporcionó una idea de divulgación filosófica a través del uso de la red social Instagram. Su propuesta consistió en generar un perfil que continuamente coloque imágenes y/ o fotografías que permitan conocer a los filósofos y algunas ideas centrales de los mismos. Su intención es tratar de crear, mediante la imagen más que por el texto, un acercamiento con un público amplio. Desde luego, la estudiante reconoció que dicho proyecto tendría la intención específica de aproximar a la filosofía a los usuarios de la red social y que, por tanto, no se trataría de informar en extenso sobre el pensamiento filosófico.

Por último, la ponencia de Olivia Itzel Quintana Frutos señaló que, innegablemente, el recurso de las redes sociales sería un medio óptimo para la divulgación de la filosofía. Para sustentar su propuesta, Quintana Frutos proporcionó datos estadísticos sobre el número de usuarios que emplean las redes sociales Facebook, Twitter y Instragram en México. Resultó muy interesante saber que nuestro país se encuentra entre los primeros lugares de empleo de las redes sociales en América Latina y en el mundo. Ello implica que el impacto que podría tener la filosofía mediante el uso de las redes sociales sería muy elevado. Sin embargo, Quintana Frutos atinó a señalar que un proyecto de tal embergadura no podría lograrse con un esfuerzo aislado. Se requiere un equipo que conozca bien la dinámica de las redes sociales, que sepa impactar en ellas y que dé seguimiento sobre las mismas. Por ello, la estudiante consideró que se requiere un equipo dividido en cuatro áreas o departamentos: el de creación y diseño, el de análisis de trending topic, el de gestión y el de comunity managment. Cada área tendría funciones específicas que permitirían generar contenidos sintéticos, significativos y puntuales con el enfoque filosófico que se desee divulgar. Concluyó que se ha de tomar con suma seriedad la dinámica de las redes sociales si es que se quiere apostar por tener un impacto en ellas desde la filosofía, al tiempo que invitó a no perder de vista dicho fenómeno.

Como puede apreciarse, las temáticas abren muchas interrogantes pero coinciden en un afán común: es necesario repensar nuestros procesos de transmisión de la filosofía frente al mundo contemporáneo.

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