De iniciativas y suspicacias

El pasado 7 de junio se llevó a cabo el inicio de la llamada "Iniciativa México". Previo a ello, como para fomentar las ansias porque iniciara, hubo un despliegue de spots que reflejaban los malos hábitos que tenemos los mexicanos en nuestra conducta cotidiana, para hacernos caer en la cuenta de que muchos actuamos sólo por nuestro propio bienestar egoísta. Naturalmente, dichos comerciales tenían el evidente mensaje de que lo representado allí estaba mal y que, lo que próximamente vendría, se antojaba como la solución. Esta última no se hizo esperar y, un buen día en cadena nacional, el sr. Javier Aguirre, director técnico de la selección nacional de fútbol, se encontraba emitiendo un mensaje de carácter triunfalista, donde invitaba a los mexicanos a ser parte (palabras más, palabras menos) de un "México mejor". Lo curioso del caso es que algunos días antes, el heroico Aguirre comentó que nuestro país estaba (y lo cito): "jodido". Pero, para qué inventar, comparto aquí las palabras del vasco que ya son por todos archiconocidas:








Vaya, vaya. "Pasar del México del sí se puede al del ya se pudo", dice el Vasco. No sólo eso, inicia diciendo que él ama a México, pero habla pestes de su amor con el españolete que le entrevista. ¡Joder!, en definitiva, el sr. Aguirre tiene una iniciativa bastante contundente. Él, como otros, está viendo por su propio interés y es obvio que ni siquiera le interesa el triunfo de la selección de fútbol. Aguirre es el mexicano más visto en este año de festejos y usan su imagen para promover valores que, en la entrevista del video, deja ver claramente que no comparte. Aguirre ha precisado su postura: "acabando el mundial, agarro a mi mujer y mi hijo y me regreso a Europa".


Como sea, el spot es una cosa nauseabunda; digna de ser comparado con una película hollywoodense, donde Aguirre hace las veces del presidente gringo que da un mensaje a todo el mundo con un discurso de supuesta abnegación y total entrega, momentos antes de ofrecer su sacrificio al enfrentar la amenaza de los extraterrestres o de los terroristas. Así de ridículo parece Aguirre diciendo "amo a México y siempre lo he amado" y que "es tiempo de soñar y de actuar". Más ridículo aún, es que diga que los movimientos independentista y revolucionario de los siglos XIX y XX, fueron producto de "un sueño de los mexicanos", el primero, el sueño de ser independientes; el segundo, el sueño de ser demócratas. De esto último sólo se puede concluir que Aguirre (o quien escribió su discurso) solía quedarse dormido en las clases de historia (por eso lo de los sueños) y por eso no tiene idea de lo que dice.


La famosa "Iniciativa México", con su prócer futbolista, se antoja una auténtica actividad con claros tintes lucrativos porque quienes la impulsan son empresarios cuya moral ha sido, públicamente, puesta en cuestión. ¿No son acaso las empresas más grandes tipo Televisa y Tv Azteca, los principales emporios que acentúan la desigualdad social? ¿Cómo pretenden incitar a la sociedad a que tome cartas en el asunto de mejorar al país, cuando las presiones económicas, la carga de trabajo, los mal pagados salarios (cuando hay la suerte de tener trabajo), el estrés masivo que asola a la ciudad y un sinfín de factores externos que rodean a los mexicanos, no permiten concentrarse en el correcto actuar y, mucho menos, en lo que es realmente mejor para el país?


La Iniciativa es, en el fondo, demagogia empresarial porque no fomenta un auténtico cambio del ethos o modo de ser de cada uno. El individuo en estos tiempos no puede tener un momento de paz que le permita pensar claramente el rumbo de su vida particular y en sociedad. Por si fuera poco, la educación que se brinda fomenta la pérdida de interés en lo común y sólo instruye a los mexicanos en el anhelo de supervivencia y, a veces, en la subyugación de los otros.


El cambio auténtico no necesita una imagen hipócrita. El sr. Aguirre sólo es el ejemplo visible de que la famosa Iniciativa sólo es un negocio más de la alta burguesía que, lamentablemente, aún logra engañar a gran parte de la población con sus spots. Lo indignante es que los "ídolos" (falsos ídolos, en realidad) engañen a sus seguidores, quienes por falta de educación, cultura o por puritita fe, creen ciegamente en ellos. Nada más triste que hacer creer a la gente que se va a hacer algo bueno, cuando en el fondo, el objetivo real es obtener más dinero para unos cuantos.


Sólo queda reafirmar lo que he leído por ahí, del poeta y filósofo Josu Landa: el auténtico cambio (él se refiere al cambio democrático) debe ser ético o no será. ¿Veremos realemente cambios con la Iniciativa México?

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Tiene usted una graciosa e incisiva pluma (bueno, teclado). No dudo que haya quienes en verdad propongan buenas cosas y, en serio, quieran cambiar. La cosa aquí es, en realidad, ser los suficientemente críticos como para darnos cuenta de cuáles son los "ídolos" del mexicano y de qué pie cojean.

Excelentes reflexiones, como siempre.

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