Que la filosofía se dirige al pueblo

Decía el gran filósofo mexicano de origen español, Eduardo Nicol, parafraseando a Platón, que la filosofía es para el pueblo. Parafraseaba a Platón porque éste sostenía que la Poesía era para el pueblo. La razón de esto es "simple". La poesía tiene alcances universales -cosa que también afirma Aristóteles en su Poética- por lo que aquello que se narra en ella es un reflejo, una advertencia o, quizá, una inspiración para el propio actuar. No se olvide que Homero fue uno de los máximos educadores de Grecia, sus héroes eran la inspiración de lo que significaba ser virtuoso (hoy en día, pensar que Brad Pitt es el ideal de la virtud sería una verdadera estupidez). La poesía era formadora porque daba luces u orientaciones a los hombres.

Pues a Nicol le parecía que la "ciencia primera" también tenía una función formativa. La filosofía -decía este pensador catalán- forma hombres; hombres cabales. Y es que para él no bastaba con el hecho de nacer con la figura y genética humana. El hombre no nace, se hace. ¿Por qué decía esto? Porque el ser humano no es un ser determinado, con una sola manera de conducir su vida. No es como un organismo biológico que tiene una manera unívoca de vivir. El hombre es más que determinismo natural; no sólo nace, crece, se reproduce y muere. El ser humano le da un sentido a su vida porque tiene la posibilidad de elegir cómo quiere ser y cómo quiere llegar a la muerte (hasta le da un sentido a su muerte). El hombre es libre de vivir como quiera, los otros organismos biológicos, no. Ahora bien, resulta que la libertad del hombre, generalmente está íntimamente ligada al pensamiento; por tanto, entre más cautelosamente se piense, más cautelosamente se llevará la vida. La filosofía, por tanto, hace más libres a los hombres porque, ¿qué mayor libertad que la posibilidad de conducir por uno mismo su propia vida? La filosofía libera, y si la libertad es lo más humano que posee el hombre, entonces la "ciencia primera" nos hace más humanos. Tan maravillosa ganancia debe compartirse al pueblo. Por esto es que -creo- Nicol enfatizaba que la filosofía debía ser para el pueblo.

¿Pero cómo dirigirse al pueblo siendo filósofo? El lenguaje de los filósofos es, por lo general, bastante poco común y, por tanto, poco comunitario. La filosofía se halla bastante desvinculada de la vida común o, cuando menos, eso aparenta. Hay, sin embargo, una curiosa paradoja: los filósofos de academia, que con tanto recelo resguardan a la madre de todas las ciencias, suelen considerar vacuo y hasta corrupto, todo intento por decir con palabras accesibles los problemas que la filosofía trata, mismos que, supuestamente, atañen a cualquiera. Pero cuando el filósofo se acerca al pueblo y deja el lenguaje filosófico, es tachado de "ligero" (o sea, light), irrelevante o teóricamente irrescatable.

Caso paradigmático de esto, me parece, es Fernando Savater, quien es reconocido como un filósofo que se acerca al pueblo, específicamente a los adolescentes, pero que brilla por su ausencia en estudios "serios" de academia. Otros casos, igualmente paradigmáticos, son los famosos consultorios filosóficos (si se quiere saber un poco más de esto, puede consultarse aquí) que pretenden restituír el diálogo tipo mayéutico, con tal de que la gente se acerque a sus propios problemas desde el oficio más antiguo de la filosofía: el diálogo. Y un caso más de los paradigmáticos es la creciente fuerza de la llamada "filosofía para niños" que pretende orientar la curiosidad natural del ser humano que se inicia en la infancia, con la posibilidad de plantear, poco a poco, las grandes preguntas de la "ciencia primera".

La filosofía inició, en Grecia, como un modo de orientar la propia existencia, no para descubrir sólo cuestiones abstractas. Y si vivir es una cuestión que cualquier hombre afronta, ¿por qué sólo la academia podría ser la dueña de la "ciencia primera"?

Entonces, ¿a quién se dirige la filosofía?