Día del maestro
Hoy es día del maestro y lo más relevante del día fue la primera manifestación después de las medidas tomadas por la Influenza A H1N1. Y es que, claro, los “profes” exigen mejoras en sus salarios, más prestaciones, vacaciones y un sin número de beneficios a cambio de su labor instructiva.
Nicol tiene razón, no es lo mismo instruir que educar. En mi breve experiencia docente, he notado que la labor magisterial no se remunera económicamente. Quien necesita más dinero para enseñar mejor, entonces no educa, instruye, da tips o cuida a un grupo de niños o jóvenes hasta cierto horario y, entre tanto, les da una que otra clase.
Nicol tiene razón, no es lo mismo instruir que educar. En mi breve experiencia docente, he notado que la labor magisterial no se remunera económicamente. Quien necesita más dinero para enseñar mejor, entonces no educa, instruye, da tips o cuida a un grupo de niños o jóvenes hasta cierto horario y, entre tanto, les da una que otra clase.
Los comentarios de varios colegas maestros son, francamente, memorables: “¿para qué nos dan más capacitaciones si yo ya sé de mi materia?”, “llevo años impartiendo esta materia, ¿tú crees que me van a decir cómo darla?”. Comentarios de este tipo hacen evidente que para la mayoría de los docentes, ser profesor es sinónimo de ser “experto en la materia”, experiencia ésta que no amerita renovación ni crítica pues “¿qué me pueden enseñar?”, dicen.
Me parece que el auténtico maestro es el que nunca deja de ser estudiante. Creer que con la educación que se tiene es suficiente, implica no haber aprendido nada; tener datos en la cabeza o resolver problemas no quiere decir que tenemos el conocimiento. Un maestro es guía y compañero de viaje a la vez. Guía porque conoce un poco mejor el camino; compañero porque descubre nuevos senderos con sus alumnos en el trayecto. Los instructores que sólo quieren enseñar sin ser corregidos porque asumen que “están bien”, no viajan a ningún lado; se encuentran en un mismo punto, estancados.
¿Cuántos de los instructores y profesores que marchan se prepararán cotidianamente? ¿Cuántos aprenderán cosas nuevas? ¿Cuántos serán maestros? Las dudas están expresadas… ¿Qué maestro puede resolverlas?
Comentarios
Saludotes!!!
Ahora que lo de lavar y desinfectar podría servir para justificar gastos... Después de todo, si no hubiese esas entradas, Elbita no tendría Hummer's que regalar, por aquello de las marchas.
Qué bueno que comentas!
Supongo que no ha sido gratuito que hoy en día utilicemos más la palabra 'enseñar' que la palabra 'educar' para referirse a la labor docente. Es más pensar en un educador actualmente, muchas veces coincide con pensar en la "miss" del preescolar.
Sin duda el sistema educativo necesita ser reformado y las marchas no son sino expresión de esa necesidad.
Sólo esperemos que en las reformas no se siga acabando con la educación.
Los sindicatos, por cierto, no siempre son lo más educativo...
Un fuerte abrazo, Santi.