El lector (The reader): amor entre líneas
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No pretendo hablar de las cualidades técnicas ni de las capacidades histriónicas. Mi intención es mucho más personal. Esta película ha sido una de las que más me han conmovido, precisamente por ser una historia de amor real. Y es que muchas sinopsis de la película pueden afirmar que es un conflicto moral, uno legal o ambos; pero sea como sea, es una turbación ética que señala lo humano que somos.
No importa la diferencia de edad; el deseo o el amor invaden el espíritu de los humanos; la atracción es siempre avasalladora. Pero lo que se acerca no es sólo el cuerpo, sino la integridad del humano atraído y atractivo. La colisión es de dos mundos, pues ¡cómo altera el otro la normalidad de la propia vida!
A Michel, en plena adolescencia, le cambió la vida una mujer, Hanna, su primer ¿amor?, ¿pasión? Fue la lectura de aquel muchacho lo que garantizaba el cuerpo de aquélla, quien escuchaba y enseñaba las bondades somáticas enardecidas. Sí… ellos notaban la extrañeza de sus actos, de sus sentimientos… pero así vivían.
Ella se va. Él no entiende. Se encuentran seis años después confrontados en una situación mundial: ella estaba siendo enjuiciada debido a que, trabajando en las S. S. de los Nazis, decidía cuáles mujeres vivían y cuáles no. Él estudiaba leyes y una de sus prácticas consistía en mirar cómo se aplicaba la justicia. Mas él sabe que ella es parcialmente inocente de una calumnia que le imputan; pero no habla, aprieta los labios, escucha la sentencia y sólo llora.
Años después él la contacta mediante el único vínculo real que tuvieron: la narración de obras literarias. Él lee; ella escucha y aprende. Y entre palabras y mundos de papel, ambos envejecen (ella más rápido que él porque le lleva la delantera en años). Tras muchos años, ambos se re-encuentran, se reconocen pero no como antes. Así, lo que parecería un momento de euforia, determina la tragedia: la redención de uno es mirar el pasado de ambos, lo único que tuvieron de vida.
Eso es amor, un recuerdo que se construye en con-junto, por retorcido o sensato que ello parezca. Sólo lo que se vive con alguien es lo que nos hace sonreír; lo demás nos deja inexpresivos, como Michel: he aquí la tragedia, la realidad... la vida humana.
Comentarios
No he visto la peli pero eres la enésima persona que veo que la recomienda.
Qué bueno que sigas actualizando tu blog. Nos leemos por acá, dejo saludos.
Gracias por comentar.
Un abrazo.